Vivir con miedo
es caer
en los boquetes
de un agujero,
Ser ceniza,
no cenicero.
Es la grapa
que une el folio
de cada segundo
con un pero.
Vivir con miedo
es pagarle
hipoteca
a las alcantarillas
y cazar oxígeno
a través
de una ristra
de pastillas.
Es quemarte
a kilómetros
con el prepucio
marrón
de las cerillas,
lijar
en un par
de pasos
la suela de
las zapatillas.
Vivir con miedo
es desordenar
los números
del carné de identidad,
trasnochar
en las cabezas
de los demás.
Es la mayor mierda.
Saber que todo
lo que ganes,
será todo
lo que pierdas.
Vivir con miedo
es poco ir
y mucho venir.
Vivir con miedo
es lo más
cercano a morir.
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