sábado, 26 de noviembre de 2011

Me importa un carajo

Llevo
unas botas
manchadas,
chándal
y chupa
de cuero,
un pendiente,
una barba
maltratada,
y si acaso,
un sombrero.
El peine
es un extraño
en los arbustos
de mis pelos.
Soy demasiado
vago
para eso.
Y por supuesto,
seis cuerdas
de una guitarra
que no calla
desde el uno
de enero,
andando
como los raperos,
guardándome
una sonrisa
en el bolsillo
siempre que puedo.

No me rebajo
a pasarme
el estropajo.
Lo que piensen
de mí
me importa
un carajo.

Guapa,
tú a mí
no me vas
a cambiar.
Búscate otro
trabajo,
porque a mí
lo que pienses
me importa
un carajo.

Que me importa un carajo...

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