Todo es tan diferente y tan igual.
Todo es tan extraño y tan normal.
Estar bien me sienta tan mal
que las canas del aire no me dejan andar.
Me hago el desayuno por las noches
y el café me lo tomo con sal.
Y los balazos me vuelven a alcanzar
en esa guerra entre la arena de mi tierra
y el agua de tu mar.
Que yo duermo despierto, con un ojo cerrado
y otro abierto.
Muriendo para vivir, y a los cinco minutos,
viviendo para matar.
Que yo el café me lo tomo con sal...
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