¿Puedo quedarme
en la chimenea
de tu regazo?
Si has dicho
que no,
lo siento,
porque ya
me estoy
tirando
derechito
a tus brazos.
Hoy me siento solo.
Dame una sesión
de tus llamas
y mímame como
a un enano
porque tengo
la extraña sensación
de que mis dedos
ya no están
con mis manos.
Hoy me siento solo.
Le he dado
un trago
al agua que reposa
en el pozo del olvido
y solo sé,
que para quitarme
el sabor,
necesito estar contigo.
¿Puedo quedarme
en la chimenea
de tus abrazos?
Si has dicho
que no,
lo siento,
porque ya
me estoy
tirando
derechito
a tus brazos.
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