Habrá
noches claras,
días oscuros,
habrá más
de un desayuno
en el que solo
haya pan duro,
veces en las
que el viento
lama la gomina
de mi cabeza,
jarras
llenas de espuma
sin cerveza.
Si el sufrimiento
es oleaje,
si la vida es mar,
cuando me trague el agua,
aprenderé a eructar.
Si el dolor
es mi equipaje,
si la vida es viajar,
cuando el pajarraco aterrize,
aprenderé yo a volar.
Lo habrá.
Hasta que
el leve crepitar
de las farolas
deje de alumbrar,
hasta que las palomas
dejen de cagar,
hasta que los párpados
se vuelvan a besar,
hasta que el
tóxico y pavoroso
vapor de la melancolía
vuelva a matar.
Si el sufrimiento
es oleaje,
si la vida es mar,
cuando me trague el agua,
aprenderé a eructar.
Si el dolor
es mi equipaje,
si la vida es viajar,
cuando el pajarraco aterrize,
aprenderé yo a volar.
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