Mátame
un ratito,
que ya le debo
al olvido
un par de recibos.
Mátame
un ratito,
que cuando
tú me matas
es cuando estoy
más vivo.
Mátame
un rato.
Pero solo
un ratito.
Ya sabes,
arrópame
con las mantas
de tus labios,
que yo me
quede
calentito.
Llena mis
calles
con las nubes
de tu aliento
y rómpeme
las gafas,
no dejes
que sea
la letra con acento
en la palabra
del viento.
Clávame una
jeringa
con suspiros
y mantén
a mis pies callados.
Pon serpientes
rodeando
mis muñecas
y vete
cuando tenga
los ojos cerrados.
Mátame
un ratito,
que ya le debo
al olvido
un par de recibos.
Mátame
un ratito,
que cuando
tú me matas
es cuando estoy
más vivo.
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