Tu indiferencia
me alimenta.
Me hace libre
y empiezo a crecer.
Y detrás de ti
vendrá otra.
Otra que volverá
a no responder.
Y cada teléfono roto,
cada folio en blanco,
cada corazón de papel,
será un paso,
será un salto,
será saber
que puedo llegar
a querer creer
en mí,
en lo que valgo,
en lo que valen
mis putos huevos.
Tu indiferencia,
al final,
me hará
un hombre nuevo.
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