jueves, 5 de abril de 2012

Gracias

Cuando la miro,
un brote de esperanza
da su despedida.
Cicatrices coladas
en sus arrugas
y ojos abismales
que delatan
los palos que se llevó
en la vida.
Y aún así,
canta, baila,
y todos los días
hace la comida.
Rebosando fuerza,
rebosando alegría,
cuando mis ojos caen
por los suelos,
ella viene a mí
y me da energía
en un abrazo
que te devuelve
las ganas de vivir.
Gracias.
Gracias por estar
siempre ahí.

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