lo dijo.
Nadie nos
avisó.
Pero había escondido
mucho dolor.
Mucho, mucho dolor.
El dolor
que salpica
y sale disparado
cuando las cosas
se terminan
y tú te quedas
a un lado.
Sin saber
que hacer,
triste y acojonado.
Nadie nos
lo dijo.
Nadie nos
avisó.
Pero quema
por dentro ver
cómo las cosas
dejan de ser
lo que son.
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