No sé por qué.
No sé por qué.
Que yo me pongo tonto
cuando tu me ves.
Las palabras no paran
de moverse
y no acierto ni a la de tres.
Y yo no se por qué.
No sé por qué.
Que me tiemblan
hasta los pies,
y el cielo,
si tú te acercas,
caminando por el suelo
está otra vez.
Que no lo sé.
Que yo no sé por qué.
Que yo cuando te miro
es que te tengo que querer.
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