Tú que te vas
y no vuelves.
Tú que te vas,
mirando cómo
el cielo en negra tinta
se disuelve.
Yo no me olvido.
Ni me olvidaré de ti.
Eres especial,
sin fingir.
Encendías rostros
apagados
al sonreír.
Y esa sonrisa
se puede ir,
pero tú...
tú sigues aquí.
Y no.
Yo no me olvido
de saber
que yo podía
contar contigo.
Y si ya te lleva
el último adiós,
si ya te lleva
tu sol amarillo,
te deseo lo mejor
en lo mejor.
Si necesitas algo,
aquí siempre
tendrás a un amigo.
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