Que los coches paren,
que la gente calle,
que las luces se apaguen,
que se pare otra calada.
Que las piernas no se muevan,
que la cara no responda,
que las manos no toquen,
que mis ojos solo tengan tu mirada.
Que el viento enmudezca,
que la brisa muera,
que el aire choque,
que duerman las almohadas.
Que las palabras no rompan,
que los gestos no sirvan,
que las copas no jodan,
que se pare hasta la nada.
Y congelar ese momento
para vivir siempre en él.
Contigo,
que nunca sea mañana.
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