martes, 3 de enero de 2012

Sin remedio

Me encantaría decir que me estoy olvidando de ti.
De las termitas de mi cabeza.

Y que me siento de puta madre.

Pero me olvido de olvidarme
si mi corazón se desboca
y todo se vuelve un desmadre.

Y mis huesos se rompen
cuando veo los pasos ajenos,
los bolsillos llenos.

¿Estarán viendo ellos
al viento despeinarse,
al cuchillo que se corta
con su propia hoja,
al sol que se achicharra,
a la lluvia que se moja?
¿Acaso estarán viendo
al tiempo mirándose la hora,
a las lágrimas que lloran?

Y seguir viviendo
es seguir cayendo sin remedio,
porque siguen muriendo
los muertos del cementerio.

¿Verán los ocasos que se espantan,
la sangre que se tapa con la manta?

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