Un ejército
de llamas
está partiendo
mi pecho en dos
porque conozco
el punto y final
y cada mirada
que te echo
es un moratón.
Moratón directo
al corazón.
Corazón que
te vas a llevar
cuando muera
el reloj.
Cuando te vayas,
van a dictar
tormenta en mis ojos.
Y esas nubes
no las quita
un solo sol.
Cuando te vayas,
mil dientes
no valdrán
para una sonrisa,
mil amores
no valdrán
para este dolor.
Cuando te vayas,
el aire
será un gigante
con piernas
de corrosión.
Cuando te vayas,
el que va
a querer morir
soy yo.
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