La chica del chicle.
Cómo no acordarme.
Pequeña pero grande.
Cuando apretó
la lluvia,
me sacaste
el paraguas
antes que nadie.
Y las gotas
que no me hirieron
me hicieron
sentir que
yo era alguien.
En medio
de esas
calles inglesas,
no conocía tu reino
pero casi seguro
que eras una princesa.
Volvimos
y nos pusimos
a la sombra.
Pero compré
por dentro tuya
sin ticket de compra.
Y cuando lo vi,
una capa de escarcha
se adueñó
de mi cabeza,
que al derretirse,
dio luz a la tristeza.
Tristeza
que no pude
explicar,
que no pude
escribir.
Que por mucho
que pase,
sigues estando aquí.
Que por mucho
que pase,
sigo acordándome de ti.
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