Muero cuando vives
y vivo cuando mueres.
Amo odiarte
y odio que amarte
esté entre mis deberes.
No finjas.
¿Es que acaso
no es eso lo que quieres?
Con besos contaminados,
con roces obligados,
con los ojos cansados,
¿a dónde vamos
si no es a ningún lado?
De mi boca
saldrán soldados
congelados
cuando me pidas calor.
¿Qué culpa tiene la llama
de que el mechero esté gastado?
Las estrellas
me esperan desde
que se fue el tejado.
Adiós muy buenas.
Yo estoy quemado.
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