A veces pienso
en ti,
sin ti,
buena mujer.
Queriendo creer
que algún día
te encontraré.
Una mujer
con tacones
de exacta medida,
bendita altura
por la que arrojar
las heridas.
Que por vivir, mate,
que matándose de la vida.
De sonrisas espontáneas,
de odiar las fingidas.
De armas tomar,
de reír, de llorar.
De dejar la vergüenza
atrás.
Fuerte como
la que más.
La casa limpia,
el jardín crecido.
Y por supuesto,
que no deje
por ahí
su corazón perdido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario