Qué poquitas ganas
de escuchar tus cagadas.
Qué poquitas ganas
de verte la cara.
Las paredes son murallas.
Las puertas están cerradas.
Las horas son siglos.
Hastío roto en las ventanas.
Qué poquitas ganas
de escuchar tus cagadas.
Qué poquitas ganas
de verte la cara.
Cosa rara,
de tanto que me importa,
nada importa nada.
Mis ojos están perdidos
y perdida está su mirada.
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