No sé como decirte
que se acabó.
No lo sé.
La angustia que
abrasa mi pecho
cuando yo en ti pienso
nadie la ve.
Que tus ojos son
dos cañones
y sus bombas
en silencio se imponen
apuntándome.
Y el valor,
maldito valor
que hay que tener.
Si tú...
Quieres convertirme en alguien
que no quiero ser.
Lo siento, cariño.
Pero yo no me voy a vender.
No sé como decirte
que se acabó.
No lo sé.
La angustia que
abrasa mi pecho
cuando yo en ti pienso
nadie la ve.
Me imagino estirando
la mano
y acariciándote la piel.
Dos nombres en una cruz.
¿De qué otra manera
podría ser?
Si tú...
Quieres convertirme en alguien
que no quiero ser.
Lo siento, cariño.
Pero yo no me voy a vender.
Negro es mi destino
en los abismos
de tu rostro resquebrajado.
Negro es mi desatino
que se desgañita
a grito pelado.
Que no cabe,
que no cabe más dolor.
Si tú...
Quieres convertirme en alguien
que no quiero ser.
Lo siento, cariño.
Pero yo no me voy a vender.
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